Viejas garnachas de Ontañón Familia en un viñedo de Quel.

II

Variedad

Garnacha

Variedad histórica de la DOCa Rioja: floral y aromática

La primera referencia sobre el origen de la variedad garnacha es un escrito de Gabriel Alonso de Herrera datado en 1513: el libro se llama Obra de Agricultura y en él menciona una casta de uvas llamada aragonés, el nombre remoto de la garnacha que nos permite identificar su origen. La Corona de Aragón se encargó de expandir esta familia de uvas por el mundo entre los siglos XII y XVI y la variedad llegó a Francia y de ahí a todo el arco Mediterráneo: Italia, Córcega, Cerdeña, Grecia…

Gabriel Alonso de Herrera y su Obra de Agricultura

Gabriel Alonso de Herrera y su Obra de Agricultura, de 1513

Apuntes
históricos

José Valier explica en su obra ‘Memoria sobre el cultivo y plantación de la vid’, de 1882, que la garnacha antes de la filoxera se extendió por el sur de Francia con el nombre de grenache, bois jaune y bouge de Alicante. La describe de esta forma: ‘Cepa hermosa y muy fornida, sus hojas son abundantes y de un verde claro por ambas fases. Sus racimos están bien esparcidos y colgados en el nudo en el tercer meritallo, de modo que pocos tocan la tierra’.

Llegada a La Rioja de la garnacha

El legendario enólogo e ingeniero agrónomo Víctor Cruz Manso de Zúñiga aseguraba en 1905 que ‘la garnacha fue importada a La Rioja desde Aragón después de la invasión de las viñas riojanas por el oidium en 1854’.

En 1914, Nicolás García de los Salmones menciona el cultivo de la garnacha en distintas zonas y de Rioja destaca Quel como uno de los principales espacios en nuestra región.

Agricultura General, de José Antonio Valcárcel (1791) y Tratado de Agricultura General de Alonso de Herrera (1513).

Las garnachas de Quel, pioneras de Rioja

Raquel y Rubén Pérez Cuevas, con las garnachas queleñas.

El Servicio de Agricultura de la Diputación de Navarra, fundado en 1896 y dirigido por Nicolás García de los Salmones, realizó una labor extraordinaria en los fundamentos de la repoblación de los viñedos que habían sido afectados por la filoxera a finales del siglo XIX. En 1912 celebró el primer Congreso Nacional de Viticultura y en una de las ponencias más decisivas del evento, presentó una lista de 42 variedades cultivadas en la provincia de Logroño y 26 en la de Álava.

Como subrayaron en un estudio los investigadores Fernando Martínez de Toda y Juan Carlos Sancha, esta relación «es la más extensa de cuantas aparecen en la bibliografía sobre el inicio de patrimonio varietal vitícola de Rioja». Y lo extraordinario es que Nicolás García de los Salmones menciona el cultivo de las variedades por pueblos y destaca a Quel como el principal núcleo de garnacha en Rioja. (También subraya a Quel por la presencia de la mazuela, el anavés y la chasselas).

Esta publicación es fundamental porque se trató de la primera vez en la historia que se realizó una cuantificación del patrimonio varietal vinculando castas de uvas con localidades y esto aún da más valor al origen histórico de las garnachas de Quel, las pioneras de Rioja. En Ontañón Familia estamos realizando desde hace una década un metódico trabajo de recuperación de esta variedad apostando por los clones ancestrales de la zona, sus suelos pobres y por la altura en viñedos que se encuentran en zonas límites de cultivo para esta variedad.

Garnacha, variedad tardía, muy vigorosa y productiva * Garnacha, variedad tardía, muy vigorosa y productiva * 

Unos apuntes sobre la garnacha

Garnachas en vaso de Ontañón

Garnachas en vaso de Ontañón, en Quel.

Es una variedad tardía, muy vigorosa y productiva y resistente al viento. Está perfectamente adaptada a los terruños pobres y secos. Generalmente el viñedo de la garnacha se conduce en vaso o cordón. Su poda suele ser corta para poder controlar su vigor.

La garnacha produce racimos grandes, de forma cónica y compacta. Las uvas son de talla mediana con piel gruesa y abundante mosto. Es una variedad tardía que florece temprano. Su fuerte vigor le permite resistirse a los vientos violentos y a la sequía.

La garnacha es poco sensible al oidium, frecuente en el Mediterráneo, pero es sensible al corrimiento y a las agresiones de bacterias. Los racimos apretados y compactos favorecen el desarrollo del mildiú y de la podredumbre gris, lo que explica su buena adaptación a los climas mediterráneos poco húmedos. Tiene rendimientos muy variables según la fertilidad del suelo y la conducción de la vid. Sabores, aromas, emociones…

La belleza aromática de la garnacha

En los vinos de esta variedad predominan las frutas rojas (frambuesa y fresa), con notas sutiles a pimienta blanca, recuerdos licorosos de cerezas y en ocasiones hasta dulces de gominolas.

Los vinos garnacheros transmiten una sensación esencial de un cierto dulzor, tacto amable y sedoso, y desarrollan notas de piel de cítricos, naranja sanguina, canela, frutas del bosque e infinitas referencias florales.

Una uva sexy

Explica Amaya Cervera en un artículo titulado ‘¿Garnacha, puede una uva ser sexy?’, que su buena resistencia a la sequía y al oídio fueron las causas de su rápida expansión desde Aragón a lo largo del siglo XIX. Durante mucho tiempo, sin embargo, la gran crítica a la variedad fue su escaso color y, especialmente, el alto carácter oxidativo que dificultaba la elaboración de vinos de calidad y la hacía más apta para los rancios y dulces tan típicos de Cataluña. Pero también hay ventajas: su ciclo largo es perfecto de cara al cambio climático y su bajo pH (equilibrio entre alcohol y acidez) una bendición en los tiempos que corren.

Amaya Cervera también destaca que es una de las uvas que mejor sintetizan el azúcar. Los aficionados no deben sorprenderse de la alta graduación que figura en la etiqueta ya que, en este caso, es una característica que forma parte de su naturaleza y lo mismo se alcanzan 14 grados en zonas cálidas mediterráneas que en otras regiones frescas de montaña.

Otras variedades