
DOCa RIOJA
Entre la Sierra de Yerga y la Sierra de la Hez, nuestra familia ha desarrollado el cultivo de múltiples viñedos en altura (600 – 800 m) entre las que destacan:
1. El Arca
- Variedad: Garnacha
En las inmediaciones del municipio Riojabajeño de Quel, custodiada por su castillo, junto a un divisor de aguas del mil ochocientos, se localiza uno de los viñedos más espectaculares y longevos de la zona: El Arca.
Es una reliquia de menos de una hectárea, datada de hace más de cien años.
Ha sido recuperada por su historia, belleza y calidad de fruto. Las cepas de garnacha son grandes y sinuosas, parecen esculturas. Entre ellas, se entremezclan algunas vides de variedades blancas. Es el vestigio del «hacer los vinos en las viñas», tan arraigado en nuestros antepasados, su saber hacer de forma natural.
Su producción es muy escasa, menos de 3000 kg/ha, donde se mezclan la tradición vitícola riojana y el buen hacer del equipo Ontañon, para sacar adelante su uva de maduración lenta y homogénea, excelente muestra de un viñedo singular.
En el 2019 cosechamos menos de 2.000 kg, lo que equivale a menos de 1kg por cepa. Casi podríamos decir que cada botella de Queirón El Arca representa a una vid de la viña.
2. La Perdida
- Variedad: Garnacha
La Perdida, es una finca de menos de 1 ha, situada en la zona de La Geriganza. Viñedo viejo en vaso en tierras muy pobres, de arenas y guijarros con algunas arcillas viejas en profundidad en forma de losas, que son resquebrajadas por las raíces del viñedo en su búsqueda de agua subterránea. El viñedo está conservado en secano, sin subirlo en altura durante la poda para que los sarmientos y las hojas den sombra al terreno. Las producciones son escasas por la escasez de agua, lo que nos proporciona una garnacha madura, con color intenso y elegante frescura en la vendimia.
3. La Bartola
- Variedad: Garnacha y Tempranillo
Acceder a la viña La Bartola supone pasar al lado de cañizales, almendros, cerezos y olivos en un camino sinuoso que se adentra en los campos de Quel. Situada en el monte, y limitada por una yasa, es una viña pequeña y hermosa que cuenta con un guardaviñas, donde antaño se refugiaban los labradores. Es fácil disfrutar de animales salvajes como corzos y jabalíes al amanecer o atardecer que se alimentan de los brotes o los frutos según la estación. Las cepas de garnacha y tempranillo que la componen son fuertes, viejas y elevadas, con numerosos morgones ya bien formados, resistiendo a los veranos cálidos sin más necesidad de agua que la que es capaz de absorber la tierra durante las lluvias de otoño y primavera.
Su suelo es árido, con pocas piedras y muchas arenas, con losas de arcillas viejas que se resquebrajan al trabajarla. Produce unas uvas sanas, repletas de aromas y color como son las clásicas garnachas de viñedos viejos de Rioja Oriental.
4. La Remediana
- Variedad: Viura
La Remediana, finca ubicada también en Quel, en las faldas del monte Isasa, presenta una de las variedades insignia de la bodega: la Viura. Con sus uvas elaboramos uno de nuestros vinos blancos más premiados: ONTAÑON Viura, reconocido como uno de los 100 mejores vinos del mundo. Rodeada por olivares, viñedos y pastos, sirve de paso a multitud de fauna salvaje autóctona de la zona, como el jabalí o el corzo.
Anexa a esta, se localiza La Jabalina, con Tempranillo blanco. Una muestra de la apuesta de Ontañon por esta variedad desde que se descubrió y se permitió su cultivo.
Estos años trabajando con ella nos han confirmado la perfecta adaptación del tempranillo blanco a esta tierra de Rioja Oriental y a la altitud de nuestros viñedos de altura, a más de 600m.
Hincada en una tierra de textura arenosa, las raíces de sus cepas profundizan sin dificultad, reduciendo el impacto de la añada, y obteniendo unas uvas homogéneas en el tiempo. Además, su orientación NO-SE, posibilita la penetración del cierzo en sus calles, mejorando la sanidad de los racimos.
5. La Pasada
- Variedad: Tempranillo
Esta es una de las fincas a la que más cariño tenemos toda la familia Ontañon. En ella hemos crecido. Tierra pobre, arenosa y con presencia de piedras y arcillas viejas que preservan la humedad en verano.
La viña está aislada, rodeada de bosques de pino y encinas viejas. Se divide en varias parcelas siguiendo la orografía del terreno y buscando la mejor orientación solar para favorecer la maduración de las uvas en verano. Gracias a las pronunciadas pendientes se crean corrientes de aire durante el día por la diferencia térmica entre las zonas más altas y las más bajas, y esta ventilación favorece la ausencia de enfermedades. Por otra parte, estar situada a una altitud tan elevada origina un gradiente térmico en verano entre el día y la noche que nos permite conseguir unos taninos aterciopelados y una equilibrada maduración de las uvas a lo largo del verano.
La tierra se estratifica pasando de una superficie arenosa con arenisca y piedra gruesa seguida de estratos de arcillas viejas y de arenisca que permiten que las raíces se desarrollen en profundidad buscando el agua y capas profundas más arcillosas que mantienen la humedad en los cálidos días de verano. El viñedo se sitúa en la zona de límite de cultivo en lo alto de las laderas del Monte Yerga, en Quel; entre los 810m y los 720m de altitud, con un desnivel de 70 m y pendientes de más de 30% en algunas zonas.
6. El Andañal
- Variedad: Tempranillo y Mazuelo
En las faldas del monte Isasa, atravesada por el camino que nos lleva a la «PASADA», nos encontramos con la finca El Andañal. Esta formada por un curioso conjunto de parcelas donde se alterna el viñedo viejo y el joven.
El tipo de terreno y la falta de riego condicionan unas producciones bajas pero de una excelente calidad, destacando su acidez y alto grado de color. Así como, una maduración más lenta pero constante. Las variedades que la componen son Tempranillo en su mayoría y una pequeña tabla de Mazuela.
7. Graciano Almendros
- Variedad: Graciano
Viña situada entre el término de La Rad y Hoyo Judío a unos 650m de altitud. Es una tierra pobre, principalmente arenosa y poco arcillosa, con presencia de piedras de río características del suelo de Quel. El graciano necesita una maduración larga para conseguir un buen equilibrio entre los taninos, los azúcares y los niveles de acidez. Es por este motivo que determinar el momento de la vendimia es crucial para obtener la máxima expresión de nuestros gracianos. En Ontañon apostamos por la variedad Graciano para nuestros vinos más característicos por la expresividad de la uva, el terciopelo de sus taninos, la intensidad del color de las uvas y por cómo expresa la tierra en la que se cría. El viñedo llega a tener una pendiente del 15% y es de las partes altas de estas pendientes de donde seleccionamos las parcelas que vendimiaremos a mano a primera hora de la mañana en cajas de unos 10kg.